Manual para descriminalizar al corrido tumbado

por | Nov 30, 2025

El corrido tumbado es la música más controversial en México, al grado de que ya fue prohibido en espacios públicos de estados como Jalisco, Chihuahua y Querétaro, además de ser considerado un delito en Michoacán. Sin embargo, no existe evidencia de que la restricción del género musical más popular entre los mexicanos combata las causas estructurales de la violencia en este país.

Fotografías: Heriberto Paredes

Michoacán, México.− No es posible recorrer las calles de México sin toparse con los corridos tumbados, están en las esquinas, en los locales de comida, arriba del transporte público, en los lugares de trabajo, en plazas, parques y jardines, en sitios vacacionales y playas o pasan en los vehículos sonando a todo volumen.

Ante su omnipresencia, prohibirlos pareciera un acto fútil; no obstante, eso no ha detenido a las autoridades mexicanas que ahora buscan eliminar este género musical del espacio público, bajo el argumento de que incita a la violencia y provoca que los jóvenes aspiren a ser como los criminales de las canciones que escuchan.

Sin embargo, para quienes siguen escuchándolos –y analizándolos–, estas medidas que buscan prohibir las tubas, las trompetas y el contrabajo deberían ir en contra de los problemas estructurales que generan la violencia, como la pobreza, la desigualdad, la falta de movilidad social y las pocas oportunidades de una vida digna que enfrentan los jóvenes en el país.


El avance de la prohibición


El tema saltó al debate nacional cuando, el 29 de marzo de 2025, la agrupación Los Alegres del Barranco hizo un supuesto homenaje al líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), al colocar una imagen de Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”, en su concierto de Zapopan, Jalisco.

A partir de ahí, los intérpretes de este género, incluido en el Regional Mexicano –como se le conoce a las rancheras, corridos y música norteña – se vieron obligados a dejar de tocar canciones que, a consideración de las autoridades y de un sector de la sociedad, hacen apología de la violencia y de los grupos delincuenciales que acechan en cada esquina del territorio nacional.

En consecuencia, el corrido tumbado, actualmente, está proscrito en espacios públicos de las entidades de Aguascalientes, Baja California, Chihuahua, Guanajuato, Quintana Roo, Nayarit, Jalisco, Querétaro y el Estado de México.

Además, en Michoacán su interpretación podría ser considerada como un delito tipificado penalmente: apología del delito. La medida entró en vigor luego de que se aprobara una nueva ley el pasado 28 de mayo de 2025, la cual contempla una pena de hasta seis meses de prisión y multas de hasta diecisiete mil pesos (unos 850 dólares).

Estas medidas provocaron que conjuntos como Grupo Firme decidieran no volver a tocar corridos que exalten la “narcocultura”. También destaca el caso del cantante Luis R. Conriquez, quien fue abucheado y agredido cuando se negó a cantar corridos tumbados en el palenque de Texcoco, ante las prohibiciones en este municipio, en el Estado de México.



El subgénero más popular


Las vedas y la oposición a este género musical por parte de los gobiernos estatales contrastan con la popularidad de los corridos tumbados, que ya se escuchan en varios países de Latinoamérica y también se exportan a los Estados Unidos.

De acuerdo con datos de Spotify, los corridos tumbados son el subgénero más popular de la música mexicana. La plataforma informó que, para finales de 2024, el 40 % de la música mexicana escuchada a nivel mundial eran corridos tumbados.

El 70 % de los fanáticos, quienes en promedio escuchan 27 minutos de corridos al día, tiene menos de treinta años. Eso tan solo en esta plataforma digital, sin contar las descargas y la música que se escucha de manera cotidiana en las calles del país.

Los artistas más populares son Natanael Cano, Peso Pluma, Fuerza Regida y Eslabón Armado y los países que más corridos escuchan son México, Estados Unidos, Guatemala, Colombia, Chile y Argentina.

Entre las canciones más escuchadas están “Ella baila sola” de Peso Pluma y Eslabón Armado; “Lady Gaga” de Peso Pluma, Junior H y Gabito Ballesteros; “El azul” de Junior H y Peso Pluma; “Qué onda” de Fuerza Regia, Chino Pacas y Calle 24; y “AMG” de Gabito Ballesteros, Natanael Cano y Peso Pluma.

De manera que las cinco canciones más escuchadas en México son corridos tumbados, con un promedio de 6 millones 300 mil reproducciones al día, según el Top 50 de canciones que diariamente publica Spotify a través de su plataforma de streaming.

Joaquín Guzmán Loera, el Chapo Guzmán, uno de los personajes más conocidos del crimen organizado, retomado por muchos de los corridos tumbados.



El corrido es parte de paisaje


La innegable popularidad del corrido no solo ha generado polémicas o censura, también ha generado fascinación entre un grupo de personas que decidieron escucharlo, analizarlo, compartirlo y explorarlo desde varias disciplinas artísticas, académicas, periodísticas e interpretativas, para luego condensar el resultado en un libro llamado El corrido también es parte del paisaje (Colectivo Preciosa Sangre, 2025)

“El corrido, como cualquier creación humana, se está adaptando, se produce y se dialoga a partir de los gustos de cada generación. Hoy los vemos con una imagen más urbana o más coquette, como Cactus, de Belinda. Y eso está chingón, porque volvemos a ver a los cantantes al lado de varios músicos: tubas, guitarras, contrabajos, etcétera. ¿Cuánto va a durar esto? No tengo idea, quizás en el mundo pase de moda en un tiempo, pero en México no”, escribe Jorge Suárez Panohaya, profesor de literatura de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP).

A través de un ensayo titulado “No me van a derribar”, incluido en este libro, el profesor de literatura cuenta cómo hizo en su clase un análisis del corrido comparado con relatos medievales. Llegó a la conclusión de que los héroes o antihéroes que reflejan las historias no han cambiado y siguen siendo temas de canciones a lo largo de la historia de la humanidad.

“Me da miedo la prohibición, –continúa Suárez en su texto– porque un Estado que prohíbe no entiende lo que realmente ocurre con la gente, ni con el contexto, ni con la cultura”. Señala, además, que la popularidad de los corridos tumbados es proporcional a la conciencia que tiene la sociedad sobre los problemas que atraviesa.

“¿Hasta cuándo se le dejará de lanzar la culpa a las artes?, ¿hasta cuándo se entenderá que las expresiones artísticas solo son una representación más o menos cercana del contexto en el que se crean? Muchos estados buscan prohibirlos, satanizan los discursos y recriminan que se cante eso, pero de la misma forma deberían cuestionar el discurso antidrogas que les han vendido, que al narco no se le dará fin con la lucha, que de verdad deberían dar soluciones al problema y no prohibir un género musical”, complementó el profesor.

En entrevista para Ceiba, el editor y uno de los gestores del libro, Diego García Rodríguez, aseguró que los corridos tumbados, como lo fueron los corridos revolucionarios o los corridos de décadas pasadas, reflejan una realidad cruda, que muchas veces decidimos ignorar ante lo abrumadora que resulta.

“El corrido siempre está reflejando la realidad de un momento histórico y ese momento nos puede gustar o no, pero está sucediendo”, aseguró García Rodríguez, “por lo que la música está intrínsecamente ligada a lo que pasa diariamente y esta última no desaparece cuando se callan las canciones”.

Portada del libro El corrido también es parte del paisaje.



Proteger a los sectores vulnerables


A través de un documento interno de cinco páginas, al que tuvo acceso Ceiba, titulado “Justificación apología del delito”, el Gobierno de Michoacán informó los motivos que impulsaron la nueva ley que castiga la interpretación de corridos tumbados en la entidad, principalmente argumentando que trata de proteger el interés público.

“La difusión cultural de los narcocorridos, las narco-series y otros contenidos que glorifican la violencia han moldeado la percepción social, normalizando conductas ilícitas y generando un impacto significativo en los sectores más vulnerables”, apunta el documento.

La Consejería Jurídica del estado de Michoacán, encabezada por César Augusto Ocegueda Robledo, entregó este documento luego de que el funcionario se negara a dar entrevistas al respecto, alegando mucho trabajo en otras iniciativas del Gobierno del estado.

Entre las dudas pendientes está la de quiénes son estos sectores vulnerables a los que el Estado busca proteger garantizándoles la tranquilidad, la salud, la vida, la libertad, la integridad y los derechos humanos.

“Decir que hay sectores vulnerables a los narcocorridos es como decir que hay sectores de la sociedad lo suficientemente tontos para no tener un criterio para lo que están escuchando. Creo que nunca había escuchado una afirmación tan clasista, de que están protegiendo al pueblo de su música para que no cometan algún crimen. Es una postura reduccionista pensar que solo por escuchar música las personas inmediatamente se vuelven violentas”, señaló el editor Diego García Rodríguez.

Dentro del libro, otro artículo que ahonda en las razones de esta prohibición es el titulado “Todxs vs. Peso Pluma”, escrito por Sofía Manzano López, artista sonora y visual egresada de la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“El Estado, la clase política y la gente ‘bien’ tienden a estigmatizar o ver de forma negativa cualquier expresión o producto cultural popular entre lxs jóvenes. Este rechazo se debe a varios factores que operan en conjunto, entre ellos, al desconocimiento o al nulo interés de informarse antes de emitir un juicio apreciativo o de valor, por lo que muchas veces se califica sin realmente conocer. Muchas veces se les señala negativamente porque mencionan, cuestionan o denuncian situaciones que no queremos aceptar que ocurren”, detalla el texto.

“Es necesario preguntarnos si quienes condenan e invalidan la existencia de los corridos tumbados –con todas sus experimentaciones musicales– realmente los han escuchado lúcidamente o si, por el contrario, solo repiten sin reparo las interpretaciones y lecturas de las buenas conciencias”, cuestionó la artista.

Para Sofía Manzano, el Estado mexicano recurre a la prohibición de los corridos como una forma de evadir su responsabilidad respecto a los problemas que generan la violencia y delega a los intérpretes de este género musical la tarea de enfrentar las causas de la guerra en la que viven los mexicanos desde hace más de veinte años.

“Vivir en tal situación nos tendría que generar más incomodidad que la existencia de los corridos tumbados”, subraya la autora, quien considera que estas canciones son un archivo que habla de lo histórico y también un medio para comunicar, denunciar y transmitir lo que aconteció y lo que acontece.

Los corridos tumbados ya forman parte de la escena popular del baile, pese a su prohibición.

“Si los corridos no existieran, ¿se acabaría la narconación y la dupla narcopolítica? Si desaparecieran los corridos tumbados, ¿México estaría libre de violencias, desapariciones, muertes, corrupción y feminicidios? ¿Se acabaría el enfrentamiento entre el crimen organizado y el Estado? Yo creo que no, solo hasta que se colapse el sistema económico capitalista. Es más fácil responsabilizar a proyectos musicales que al Estado fallido y a la necropolítica”, concluyó.

Notas relacionadas

El cuerpo como expediente de sus batallas

El cuerpo como expediente de sus batallas

Documentos desclasificados que fueron verificados por Ceiba dan cuenta del espionaje en contra del escritor Luis González de Alba. Su lucha por una “izquierda civilizada” y su apoyo a las poblaciones que viven con VIH son el legado de un autor que cuestionó todo en su vida, hasta quedarse sin aliento y sin su libertad.

La alegría también es un derecho

La alegría también es un derecho

Marcela Chávez y Andrei Morales lideran procesos de formación deportiva con enfoque campesino en el suroccidente colombiano. A través del juego y el deporte, promueven la construcción de tejido social, el fortalecimiento de la identidad cultural campesina y la consolidación de procesos de resistencia y paz.

Megaproyectos y racismo en Misnebalam

Megaproyectos y racismo en Misnebalam

Alrededor de cinco hectáreas del monte de Misnebalam, considerado el último pulmón verde de Chablekal, comisaría de Mérida, fueron deforestadas a pesar de que la zona estaba protegida por orden del Tribunal Unitario Agrario Distrito 34, bajo el cuidado de la Unión de Pobladores y Pobladoras de Chablekal, la cual exige a las autoridades ejercer acciones contundentes para detener los megaproyectos y el racismo que amenazan su territorio.

25N: Defender la memoria como posibilidad de futuro

25N: Defender la memoria como posibilidad de futuro

El 25N no es solo un recordatorio, es un territorio de lucha donde la memoria se hace acción. Honramos a las que precedieron esta lucha, convertimos la rabia en motor de cambio y construimos comunidad para defender la vida. Nuestro grito colectivo exige un futuro donde los cuerpos de las mujeres dejen de ser territorios de guerra.