¡Comuna o nada!

por | Oct 5, 2025

El proyecto del Estado comunal en Venezuela, legado de Chávez, promueve la participación directa y la gestión comunal de recursos. Sus defensores lo presentan como un modelo de democracia radical, aunque también se señalan desafíos en su implementación y contradicciones en un Estado aún centralizado. La construcción comunal combina marco legal, organización popular y una apuesta real a la democracia directa y comunitaria.

Fotografías: Cortesía de Voces en lucha

Caracas, Venezuela.− En medio de la compleja disputa internacional por el futuro de Venezuela, en sus territorios se desarrolla un proceso fundamental: la construcción del Estado comunal. Proyecto concebido por Hugo Chávez como pilar del socialismo del siglo XXI, busca la refundación del Estado venezolano a través de la democracia popular y la producción comunal. Así, a pesar de los desafíos, en un contexto que aún no deja de ser capitalista, en Venezuela se desarrolla la comuna, espacio donde el pueblo organizado busca ejercer el poder directamente.


Esta es su historia


La herencia del comandante Hugo Chávez incluye el proyecto de construcción del socialismo del siglo XXI, que identifica a la comuna como su base principal. Esta herencia no es solo teórica o ideológica, sino también práctica y organizativa: se expresa en una serie de propuestas y acciones concretas impulsadas desde los inicios de la Revolución Bolivariana −proceso político que inició en 1999− con la idea de refundar el Estado venezolano bajo una lógica de participación ciudadana y crítica al neoliberalismo.

Chávez, junto a colectivos y grupos de ciudadanas y ciudadanos organizados, impulsó la creación de nuevas formas de participación directa que permitieran a las comunidades asumir un rol principal en el ejercicio del poder. Esta forma de democracia de base y con enfoque territorial no se limita al acto del voto, sino que busca transferir la capacidad de decisión a las organizaciones populares, transformando la manera en que se definen las políticas, se distribuyen los recursos y se ejerce la soberanía.

Presentado como un modelo en desarrollo, el Estado comunal venezolano se construye día a día como objetivo estratégico, en un proceso que apunta hacia un sistema social alternativo, sustentado en principios de justicia, igualdad y ejercicio directo del poder por parte de la ciudadanía. Inspirado en experiencias históricas tanto de Venezuela como de otras latitudes, este modelo rompe con los límites de la democracia representativa tradicional, a la que considera funcional a intereses económicos privados. En su lugar, se plantea una democracia de carácter directo, en la que las decisiones no se delegan, sino que se construyen colectivamente desde las comunidades.


Chávez y el nacimiento del Poder Popular


Desde su llegada a la presidencia, el 2 de febrero de 1999, Hugo Chávez colocó en el centro del proceso bolivariano una profunda democratización del poder. Esta idea ya estaba presente en su Libro Azul, escrito entre 1991 y 1992, donde planteaba la necesidad de una democracia participativa y protagónica, como parte de una visión de “democracia popular bolivariana”.

En los primeros años del proceso revolucionario, surgieron en barrios y pueblos de todo el país diversas formas organizativas asamblearias según las necesidades del momento: Mesas Técnicas de Agua, Comités de Tierra Urbana, Comités de Salud, entre otros. Estas estructuras no solo articularon con la nueva institucionalidad para dar respuesta a demandas históricas de las comunidades, sino que también sirvieron como espacios de formación política y participación directa, preparando el terreno para la construcción del Poder Popular.


De los consejos comunales a la comuna


En 2006, año en que la Revolución Bolivariana declaró su carácter socialista, tras años de búsqueda del fortalecimiento del modelo organizativo del pueblo venezolano, se conforman los consejos comunales. En ese año, una primera Ley Orgánica de los Consejos Comunales reguló estos elementos básicos de lo que será el Estado comunal. Estos empezaron a reunirse alrededor de problemas puntuales de las comunidades, para darles solución de forma asamblearia, coordinando con la institucionalidad del Estado.

El devenir político y práctico demostró rápidamente que era necesario escalar el modelo. Varios consejos comunales cercanos, con problemáticas o intereses comunes, podían tratarlos de forma conjunta o agregada, en un nivel superior de organización: la comuna. De esta forma, en 2010 la Ley Orgánica de las Comunas proporcionó el marco jurídico para esta aspiración que se había detectado en la práctica comunal.

Igualmente, la agregación de varias comunas daría lugar a estructuras aún más amplias como las ciudades comunales o federaciones comunales, aunque falta concretarlas en la práctica.


La experiencia en El Panal 2021


La Comuna El Panal 2021, ubicada en el barrio 23 de Enero, en Caracas, es un ejemplo de este proceso. Como relata Cira Pascual Marquina, educadora popular en Pluriversidad, espacio formativo de la Comuna El Panal, “la Comuna El Panal 2021 se crea en el año 2006, cuando Chávez convoca a organizar consejos comunales, antes de que se comenzara a hablar explícitamente de las comunas”.

Cira subraya el carácter del barrio 23 de Enero como origen de la Comuna, sector que iba a ser destinado a urbanización de clases medias y militares en los años cincuenta durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, pero tras la caída del régimen fue transformado en un territorio ligado durante las décadas posteriores a luchas sociales, políticas y culturales:

“El 23 de Enero es un barrio históricamente muy combativo. Los edificios fueron construidos por la clase trabajadora para la pequeña burguesía durante la dictadura (1952-1958), pero cuando cae la dictadura no habían sido habitados aún. Y el pueblo, ese mismo pueblo que tumbó al dictador, tumbó las puertas de los edificios y tomó las casas”.

Además, Cira explica que esta experiencia comunal tuvo sus raíces en experiencias previas a los propios consejos comunales. El barrio vivió la contrainsurgencia aplicada por el Estado desde los años 70 con una fuerte penetración del narcotráfico y la violencia, lo que deterioró gravemente el tejido social. Sin embargo, diversos colectivos buscaron recuperar el territorio:

“Como base para la formación de la Comuna El Panal 2021 está toda la lucha por el desplazamiento del narcotráfico en el territorio, una lucha que llevó adelante la Fuerza Patriótica Alexis Vive con la comunidad. Desde nuestra lectura, el narcotráfico es un hecho coordinado por el enemigo −en este caso posiblemente la CIA− para desorganizar o interrumpir las condiciones para la organización de la clase trabajadora”.

Empresa Textil Comunal Las Abejitas del Panal, comuna El Panal, 2021, 23 de Enero, Caracas.


¡Comuna o nada!: El legado de Chávez y el Golpe de Timón


El 20 de octubre de 2012, después de ser reelegido para un tercer mandato, el presidente Chávez convocó el que sería su último consejo de ministros, televisado en directo. Lo que se conoció como Golpe de Timón fue una reunión en la que el mandatario instó a sus ministros a priorizar la tarea comunal y a profundizar la construcción de las comunas como forma de organización social, basada en la consigna «¡Comuna o nada!». Dirigiéndose a su vicepresidente Nicolás Maduro, le dijo:

“Te lo encomiendo como te encomendaría mi vida: las comunas, el Estado social de derecho y de justicia”.

La muerte de Chávez en 2013 marcó un punto de inflexión. Venezuela entró en un período caracterizado por una profunda crisis económica, sanciones internacionales y tensiones políticas. Este ciclo inició con una serie de agresiones múltiples que aún persisten: una «guerra económica» que provocó alta inflación, escasez de productos inducida por las grandes empresas, protestas callejeras conocidas como «guarimbas», amenazas de invasión y la imposición de sanciones económicas por parte de Estados Unidos y otros países que se traducen en bloqueo económico y medidas coercitivas unilaterales. Si bien la agenda política nacional se centró en la estabilización, el proceso comunal continuó desarrollándose en los territorios. Durante este período de crisis, en el que los ingresos petroleros disminuyeron significativamente, los comuneros impulsaron una estrategia propia para mitigar el impacto.

Esta estrategia se sustentó en la capacidad de organización generada en las comunas, la cual ayudó a hacer frente a los años más complejos de la crisis económica. En esos tiempos, la Comuna El Panal 2021 desarrolló respuestas propias: criaderos de tilapias y porcinos para garantizar alimentos, programas para mejorar la producción y mecanismos de compra y distribución colectiva. También puso en funcionamiento estructuras económicas comunales, incluida una moneda propia, para sostener la producción, financiar actividades culturales y políticas, y hacer que los excedentes reviertan en la población. En palabras de Pascual Marquina:

“El impacto de la crisis fue devastador para el pueblo trabajador, especialmente en los barrios populares. Sin embargo, los territorios comunalizados, como El Panal 2021, tuvieron mejores condiciones para resistir”.

Explica que, incluso antes del CLAP oficial (sistema estatal de distribución de alimentos subsidiados para las familias), las comunas ya habían generado soluciones propias:

“En varias comunas alrededor del país surgió de forma relativamente espontánea el CLAP, que no se llamaba así, claro. En la Comuna El Panal 2021 se llamaba «Ficha Consumo», una iniciativa basada en el levantamiento de data para saber quién vivía en el barrio y en qué condiciones, y así hacer compras colectivas de productos necesarios. Eso permitió organizar la distribución de alimentos casa por casa”.

Y añade:

“Los excedentes de los medios de producción comunales en muchos casos se destinaron a comprar medicinas para quienes no podían adquirirlas, o incluso a cubrir gastos de todo tipo, incluso funerarios. En los momentos más duros, hubo personas que no podían enterrar a sus seres queridos, y la comuna dio respuesta”.


Resistencia y expansión del poder comunal



El Gobierno Bolivariano, en el contexto de la crisis económica, optó por impulsar nuevamente el modelo comunal. De acuerdo con cifras del Ministerio del Poder Popular para las Comunas, Movimientos Sociales y Agricultura Urbana, existen aproximadamente cincuenta mil consejos comunales, organizados en alrededor de cinco mil comunas y circuitos comunales. Su funcionamiento se describe como asambleario y horizontal: se identifican necesidades, se toman decisiones colectivas y se ejecutan acciones.

Este proceso ha dado lugar a la creación de unidades de producción comunal, mejoras en la infraestructura local, recuperación de espacios públicos y el fortalecimiento del tejido comunitario.

Como parte de esa política de impulso al modelo comunal, desde 2024 se vienen realizando consultas populares nacionales cada tres meses, en las que personas mayores de quince años pueden votar por proyectos comunales que reciben financiamiento directo del Gobierno. Este mecanismo, según sus proponentes, está diseñado para que los recursos se asignen directamente a las organizaciones de base, que son las responsables de ejecutar las obras. En palabras del presidente Nicolás Maduro:

“Esa es la plata mejor invertida de décadas en Venezuela, porque se transformó en casi 14 mil proyectos construidos por la población. No es poca cosa en un país bloqueado, perseguido, amenazado, que pare sus recursos trabajando, con su esfuerzo propio, que no le debe nada a nadie en este mundo, los pare trabajando”.


Desafíos del proceso comunal


Pese al avance en la creación de estas estructuras, el proceso comunal enfrenta una serie de retos. Desde la perspectiva de sus integrantes, construir el Estado comunal implica una transformación social profunda.

“El Estado comunal se construye mano a mano con la transformación de la sociedad toda. Y transformar la sociedad es una tarea enorme”, afirma Pascual Marquina.

“En una sociedad que aún es capitalista, hay que desplazar con contundencia la lógica del capital. Las comunas tienen que dar saltos cualitativos, tanto en su acción política como en los medios de producción que manejan”, enfatiza.Uno de los retos más mencionados por los propios sujetos participantes en el proceso de construcción comunal es la disparidad entre el marco legal y la organización efectiva en algunas comunas. Aunque existen formalmente —con registro, vocerías e incluso financiamiento—, no todas logran consolidarse como instancias de participación sostenida. Según estudios de caso, el funcionamiento de una comuna con alta capacidad de gestión suele depender de la presencia de colectivos organizados que impulsen el proceso, dinamicen asambleas y promuevan el trabajo colectivo. Estas experiencias sugieren que la organización comunal no surge de forma automática por decreto o ley, sino que requiere una construcción constante desde las bases.

Marcha en defensa de la revolución bolivariana en avenida Bolívar, Caracas.


Un modelo en construcción


El Estado comunal en Venezuela es un proyecto en desarrollo, que combina elementos jurídicos, organizativos, históricos y culturales. Es una iniciativa cuyo motor principal es la participación popular. Sin embargo, y aunque desde el Gobierno se impulsa su fortalecimiento, las comunas enfrentan limitaciones estructurales. Como señala Pascual Marquina:

“El Estado actual, como Chávez nos recordaba una y otra vez, es un Estado burgués que representa los intereses de la clase dominante. La clase dominante, por supuesto, no se va a hacer el harakiri. Por eso fortalecer las comunas significa ir más allá: implica asegurar saltos cualitativos hacia ciudades comunales, federaciones y una confederación comunal que sea la máxima expresión del poder político y económico del país”.

Para quienes creen en el proyecto, la experiencia comunal representa un modelo alternativo de democracia, que califican como directa, territorial e inclusiva. En palabras de Hugo Chávez:

“La comuna debe ser el espacio sobre el cual vamos a parir el socialismo. El socialismo desde donde tiene que surgir no es desde la Presidencia de la República, no se decreta, hay que crearlo desde las bases, es una creación popular, de las masas”.

Actualmente, miles de personas participan en Venezuela en la construcción de esta estructura.

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